En los años que llevamos en el sector, hemos visto muchas situaciones de lo más extraño. Una de ellas nos dejó marcados, Un cliente en el cual intentábamos entrar para fabricarle circuitos, pero siempre era una negativa por delante, era evidente que se trataba de una gran empresa, perteneciente al estado. Todo y que trabajamos habitualmente para universidades, con sus rarezas (el que las tiene) y sus típicas peticiones como las facturas electrónicas, etc,.
Bueno en este caso nos fue imposible trabajar con este cliente, vamos que tiramos la toalla, no había semana que no nos pidieran un requisito diferente o normativa muy específica, aparte de peticiones de lo más extraño. Con los Años y una casualidad de la vida acabamos fabricándoles, pero nosotros no podíamos suministrar al cliente final, lo suministrábamos a una multinacional italiana que era la encargada de suministrarles directamente a ellos. Eso si la empresa italiana tenía mucha ‘’pompa’’, estos equipos se fabricaban en España, se enviaban a Italia y luego volvían a España tal cual los habíamos enviado (desconozco si viajaban a algún país más). Al final nuestra única labor era fabricar acorde con las peticiones de nuestro cliente y que funcionaran a la perfección. Entiendo que la empresa intermedia daba un valor añadido que seguramente nosotros no podíamos ofrecer, pero cada vez que veo estos equipos instalados después de 20 años funcionando me entra una sonrisa por lo complejo de todo.